Demonios, no puedo hacer o decir nada bien
cuando estoy a su alrededor, siempre tengo que joderla, pero me cabrea cuando
me mira de esa manera, toda suplicante, deseosa y con algo más, solo me dan
ganas de tomarla en este mismo instante, follarla y hacerle el amor todo al
mismo tiempo, es por eso que me cabrea, porque nunca he querido hacer el amor
con alguien. – Lo siento, no sé por qué me comporto así – le digo en un
susurro, pero demonios esta chica me hace querer derribar mis muros para ella y
eso simplemente no va a pasar, no otra vez y menos por la misma chica. – Está
bien, no te preocupes –suena triste y es por mí – Mírame – le ordeno. Y que me
jodan, porque cuando sus hermosos ojos cafés con motas amarillas se encuentran
con mi mirada me hago un charco así tal cual, solo bastó una mirada suya para
ponerme todo duro y listo para ella. Trato de aclarar mi mente, porque me
olvidé de cada pensamiento coherente que pude haber tenido. – Lo lamento, no
estés triste. Es solo que acostumbro a ser un idiota sin razón – Parece pensar
en sus palabras y luego solo sacude su cabeza y sonríe. Se da la vuelta y
continua con su trabajo, así que la dejo terminar mientras veo lo hermosa que
luce cuando está concentrada en algo.
Me despierto con el suave sonido de su voz,
la atraigo a mis brazos y ella chilla de la sorpresa; entierro mi nariz en su
cuello para oler ese dulce aroma a chocolate y de pronto me golpean mis
acciones. – Lo lamento estaba adormilado – es la mejor escusa que se me puede
ocurrir en este momento. – Si, adormilado mi culo, ahora suéltame idiota y vete
que mis padres llegarán en cualquier momento – Sip allí está lo que produzco en
ella.
Estoy aburrido como la mierda, así que llamo
a Ronny para ver que planea hacer; este tipo sale con unos planes buenísimos
para distraerse, que es justo lo que necesito en este momento.
¿Qué te parece si vamos a la playa?, no me
siento muy motivado, y tal vez al ver a unas cuantas chicas guapas me consigan
levantar el ánimo – me dice Ronny al otro lado del teléfono – Bueno, pero ni
creas que me voy a ligar con alguna de ellas, ya aprendí la lección con las
últimas – le digo con una mueca en la cara al recordar aquella horrible escena
de nosotros con las chicas, que hasta que llegaron a la cama no nos habíamos
percatado de que al parecer eran algo más que solo chicas – Ni que lo digas, yo
aun no aprendo la mía. Quiero a una tipa morena esta vez, y me voy a asegurar
de que no venga con sorpresas. – Ambos nos largamos a reír ante el recuerdo. –
Vale quedamos en quince en la Playa, voy por mi moto y ya salgo. – Cuelgo y me
dirijo a mi casa para coger las llaves que las dejé en el bolcillo de mis
vaqueros de la noche anterior. Entro a mi habitación para coger mi chaqueta de
cuero preferida cuando siento ese delicioso aroma a chocolate por todo el lugar
– necesito salir de aquí de inmediato, o de lo contrario iré nuevamente a su
casa y no seré capaz de controlarme.
¡Hey! ¿Cómo te va? – Dice Ronny cuando nos
encontramos – No mucho – es todo lo que digo, por ahora quiero guardar el encuentro
de estos dos días para mí. – Pero mira cuantas bellezas hay hoy en la playa,
¿no te parece? – Pero apenas lo escucho, porque mis ojos ya encontraron a la
belleza que querían ver, al parecer le tomó menos tiempo que a mí en llegar
aquí. Ella está en un trikini blanco que resalta su piel morena, y hace que su
cabello luzca aún más rojizo; está con la misma niña de la fiesta y con dos
chicas más. Ronny se da cuenta de mi repentina desconexión y ahora está mirando
en la misma dirección que yo – A eso es lo que me refiero, esas son las mejores
del lugar, me quedo con la pelirroja ella es lejos la más sexy y quiero probar
esos deliciosos labios suyos - ¡Aléjate de ella! – Siseo entre dientes –
Cálmate ya, ¿qué carajos te pasa? – no te acerques a ella, no lo volveré a
repetir – y me alejo caminando hacia la orilla de la playa. Comienzo a quitarme
la ropa para quedar en mis boxers, voy corriendo al agua y me sumerjo en ella
lo más lejos que las olas me permitan. Se siente demasiado frío, y se están
entumeciendo mis extremidades. Pronto lo único que siento son las olas
reventando contra mi cuerpo.
Me
siento más relajado ahora, ya no siento tanto esas ganas de estrangular a
Ronny, salgo del agua y me encamino a su lado. - ¿Qué fue todo eso? – pregunta
Ronny con un tono de enojo en su voy – Lo siento hermano, pero esa chica a la
que estabas mirando ha estado en mi mente desde que la rescate el otro día en
la fiesta – no le digo que la conocía desde hace muchos años atrás, esa parte
la omito y solo le cuento eso y le digo cómo se sintió ella en mis brazos
cuando la atraje a mi cuerpo para que estuviera tranquila y a salvo, y cómo me
sentí cuando desperté al otro día y ella no estaba. Le cuento todo y él solo
escucha. Cuando termino de hablar Ronny me mira directamente a los ojos y me
dice que está bien que reaccione así, que él no sabía todas las cosas que
pasaban por mi cabeza, me preguntó por qué el repentino interés por esa chica. Creo
que le tendré que contar toda la historia, desde que la conocí hasta el día en
que nos dejamos de ver, y el día en que la encontré por primera vez después de
tantos años sin ver su rostro. – Sentémonos – le digo en un suspiro derrotado –
Verás… yo conocí a Alex, que es esa pelirroja que tu vez por allá, hace catorce
años atrás, en ese tiempo éramos vecinos y un día la ví sentada sola en su
patio jugando con autitos y pensé “las niñas no juegan con autos, juegan con
muñecas… que niña más rara”, me acerqué a decirle exactamente lo que estaba en
mi mente y ¿sabes lo que me dijo? “no me gustan las muñecas, son para nenas y
yo no soy una nena” en ese momento pensé que era la chica más genial que había
visto. Nos hicimos amigos instantáneamente; jugábamos todos los días, había
noches en las que nos quedábamos hasta tarde en su patio mirando las estrellas
y ella me contaba que tal había estado su día. Pasaron los años y para el
momento en que ella cumplió los 10 años yo estaba enamoradísimo de ella, yo
tenía 12 en ese tiempo y lo único que sabía era que le tenía que decir que me
gustaba porque si no yo iba a perder mi oportunidad. Así que en su fiesta de
cumpleaños cuando la fui a buscar a su habitación para entregarle su regalo y
decirle lo que sentía, me encuentro que ella está conversando con un chico de
su clase y que al parecer le gustaba porque era toda sonrisa. Me quedé a
escuchar de lo que estaban hablando y lo que oí me rompió el corazón en dos. Él
se le estaba declarando y ella correspondía sus sentimientos. Quede devastado…
me fui en ese momento, pero le dejé su regalo en la puerta de su habitación, me
topé con su madre en mi camino a la salida, ella vio mi cara de tristeza y me
preguntó qué había pasado, yo solo le dije que me sentía mal y que le dijera a
Alex que me iría a casa y que no volvería. Su madre no me creyó, pero no
insistió. Me fui a casa y cuando estaba por cerrar la puerta la veo correr tras
de mí, “¿por qué te has ido? Me pregunta con la voz quebrada y al borde de las
lágrimas, “no me sentía bien” mentí y ella como me conocía tan bien lo notó al
instante y me dijo “puras mentiras, quiero saber por qué no quieres estar con
migo en este día, qué ha pasado si ayer estábamos emocionados por que este día
llegara”. “Tú ya no me necesitas”, al decir esto me arrepentí, porque al verla
con su cara deformada por el dolor me di cuenta de que no quería perderla, que
si no iba a ser mi novia al menos quería que fuera mi amiga “lo siento, no
quise decir eso” le dije de vuelta al notar que tenía los ojos llorosos y su
boca formaba un puchero, “me iré, espero que te sientas mejor” y con eso se
fue, pero no sin antes dejar escapar un sollozo que creyó yo no escucharía.
Pero lo hice y fue por eso que después de un tiempo nada fue igual. Sí,
seguíamos viéndonos, aunque ahora menos ya que ella tenía novio, pero pasaba
más tiempo con migo que con él.
Pasaron
dos años más y cuando volvía a casa después del colegio veo que hay unas
maletas en la puerta principal. Cuando me doy vuelta para tratar de entender lo
que veía me doy cuenta de que mi padre estaba arreglando más cosas en una
maleta, “¿nos vamos de viaje?” le pregunté esperanzado y cruzando mis dedos por
que fuera eso y no otra cosa. Mi padre me miró a los ojos en ese momento, tenía
una mirada triste y su seño estaba ligeramente fruncido, sus ojos estaban rojos
teñidos de algún sentimiento que no entendí, pero que con el tiempo me di
cuenta de que era traición y derrota, “lo siento pequeño, pero en este viaje no
podrás venir con migo, te amo y espero que seas bueno con tu madre y que tus
notas sean las mejores. Quiero que seas fuerte y que cuides a esta familia, ¿de
acuerdo?” estaba llorando mientras asentía. Corrí a darle un abrazo a mi padre
comprendiendo que se iba y que no lo vería tan seguido como antes, le dije
cuanto lo quería y que le echaría de menos.
Ese
día me rompí, fui a casa de Alex para contarle lo que había pasado, ella me
sostuvo en sus brazos toda la noche en su cama mientras yo lloraba como un
bebé. Me susurraba cosas tranquilizadoras al oído y me decía que ella me quería
y que no me dejaría solo jamás, que si era necesario me ataría en la cama y no
me dejaría ir. Esa noche me dormí entre sus brazos, me sentía tan bien y tan
mal, todo a la vez. En la mañana desperté y ella estaba mirando mi rostro
apoyada en un codo “buenos días, ¿Cómo te sientes?” dijo en un susurro y su
aliento llegó a mi boca “mejor” respondí sin aliento, porque el suyo me dejo
así y no entendía el por qué. En ese entonces yo ya tenía catorce y ella doce.
Podía sentir el cambio en nuestros cuerpos, la notaba de una manera en la que
antes no lo hacía, al estar a su lado antes solo me hacía querer abrazarla, y
en ese momento quería algo más. Sentía algo raro en mi cuerpo, un poco hacia el
sur y su cercanía más su aliento me provocaba para que la besara. Creo que ella
también lo sintió, porque su respiración se hiso más pesada al igual que la
mía, “no podemos” me susurro mirando mis labios mientras inconscientemente ella
lamía los suyos, eso provocó una reacción aún más violenta en mi cuerpo “ya lo
sé, pero quiero hacerlo así como veo que tu igual” y lentamente me fui
acercando a ella. Alex no se movió, solo cerro sus ojos a la espera de que mis
labios rozaran los suyos y cuando lo hicieron todo se sintió bien, como si
nuestros labios pertenecieran juntos. Comenzamos lentos y tímidos, pero al
pasar unos minutos nuestros besos se volvieron más desesperados y torpes, mi
lengua salió inconsciente en busca de la suya, al principio ella se detuvo
cuando hice eso, pero luego ella abrió su boca dándole la bienvenida a mi
lengua. Cuando lo hizo nuestros besos se volvieron aún más salvajes y
desesperados, como si no pudiéramos tener suficiente del otro; en un movimiento
yo estaba tumbado sobre ella mientras que Alex recorría mi cuerpo con sus manos
insistentes. Terminamos jadeando en busca de aire mientras buscábamos los ojos
del otro con la mirada, en ese momento supe que la amaba y no lo dude ni por un
segundo “Te quiero” le dije con sentimiento, al principio ella solo me miraba
con lágrimas en sus ojos, después de un largo silencio y varios suspiros de su
parte ella hablo “También te quiero”.
Después
de eso Alex rompió con su novio para pasar más tiempo con migo, tratábamos de
descifrar qué era lo que había entre nosotros, a qué se debían estos
sentimientos, pero lo más importante era que lo estábamos descifrando juntos.
En
esa semana llegué a casa y vi a mamá hablar por teléfono, más que hablar ella
le gritaba a la otra persona “eres un idiota… noo jamás lo volverás a ver… Sé
que por mi engaño te fuiste, pero no te quiero cerca de nuestro hijo… Era tu
mejor amigo, lo sé, pero él me trató mejor de lo que tú lo hiciste… Cállate
idiota no lo verás” y mientras escuchaba como mi madre decía que por engañar a
mi padre éste se fue quedé hecho una furia. Fui por mis maletas, llamé a papá
para preguntarle donde vivía y preguntarle si es que podía vivir con él, porque
no soportaba estar con una mentirosa. Esa misma noche me fui sin decir adiós a
nadie, no quería mirar atrás, porque si lo hacía vería que estaba dejando a la
chica a la que había llegado a amar, vería a la chica con la que estábamos
recién descubriendo nuestro amor juntos, porque vería que estaba dejando atrás
a mi mejor amiga, a mi novia, a mi gran amor. Tenía la esperanza de que al
menos ella llamara, pero no lo hiso, con el tiempo se volvió cada vez menos
doloroso para mí, pero también el tiempo hiso que mis sentimientos por ella
pasaran de amor a odio. Odio, porque jamás llamo, porque al parecer me di
cuenta de que nunca me quiso lo suficiente como para preocuparse a dónde había
ido, qué había pasado con migo, qué iba a pasar con nosotros. Por eso la
terminé odiando a ella y a mí. Nos odie por abandonar lo nuestro tan
fácilmente.
Han
pasado poco más de siete años desde que supe algo de ella, desde que me alejé
de este lugar. Cuando mamá llamó unas semanas atrás para decirme que no
aguantaba el estar sin mí, vine a verla. No sabes mi sorpresa cuando descubrí
que ella había muerto; jamás volví a ver a mi madre. A pesar de todo aun la
quería, pero ella jamás lo sabrá, porque no esperó lo suficiente para saberlo.
Mamá dejó un testamento en el que me dejaba la casa que una vez compartí con
ella cuando pequeño; volví a casa de mi padre para buscar mis cosas e irme de
ese lugar, porque para se volvió un maldito alcohólico que no podía ni levantar
su trasero para ir a trabajar. Así que no lo pensé dos veces para mudarme;
cuando iba de camino de nuevo a mi nueva casa la ví… Demonios hubieras visto su
cara, era como si hubiera visto un fantasma, pero luego me miró de la manera en
que solía hacerlo hace años atrás, con cariño, como si me extrañara de alguna
manera. Me miró con hambre de todo lo que yo tuviera para dar. Esa vez con algo
de temor caminé hacia ella, caminé hacia la chica a la que una vez amé, y al
llegar a ella me golpeó la realidad, que ella jamás llamó, que nunca se
preocupó. Cuando dije su nombre se sintió tan raro que me cabree al instante,
Alex se giró y para mi sorpresa se veía estupenda, había cambiado, aunque su
pelo seguía del mismo color, y sus ojos estaban más hermosos que antes, tenía
curvas en todos los lugares correctos aunque no creció demasiado su tamaño es
perfecto. Estaba perfecta y eso solo hiso que quisiera cabrearla, así que lo
hice “Oh” fue lo que contestó al escuchar su nombre de mi boca. Se veía tan
inocente, soñadora y luego se dio cuenta de lo que dijo y su mirada cambió a
una con el ceño fruncido. “Ha pasado un tiempo Alex, veo que has crecido. Te
ves realmente deliciosa… ¿A quién mirabas hace un segundo?” Su mirada se veía
sorprendida, pero rápidamente se compuso, aunque su rostro estaba ligeramente
sonrojado “A nadie, solo espero el autobús”, eso fue lo más sínico que he
escuchado, en mi mente estaba bastante divertido con su pésima actuación “Si
claro como si te lo creyeras, ahora… cuando termines de comerme con los ojos te
puedes ir al carajo.” Dicho eso me giré sobre mis talones y me dirigí a casa.
Estaba agotado por mi encuentro con ella y en la semana que pasó cada vez que
la veía no hacía más que molestarla. Eso hasta la noche de la fiesta… la vi y
se veía de muerte con ese pequeño vestido y cuando ví a ese malnacido de Marcus
no sé qué arrastrándola y tratando de violarla momentos después todos los
sentimientos que tenía por ella volvieron a mí, y sentí que tenía que cuidarla
y amarla. Pero Ronny, me conoces, jamás le abriré mi corazón a alguien
nuevamente, no para que lo pisotee en la primera oportunidad que tenga.
Cuando Ronny se da cuenta de que finalicé mi
parte de la historia con Alex me dice – hermano, no tenía idea. Puedes contar
con migo para lo que necesites, incluso haré del maldito cupido si es
necesario, pero te apoyaré sea lo que sea que hagas.